jueves, 6 de julio de 2017

¿Por qué tu hij@ no hace las cosas sol@ cuando se lo pides?


Mi hij@ de 2, 3, 4 años sabe hacer cosas solo/a pero no quiere hacerlas... y, encima, me desafía.
¿A cuántos no os desespera esa situación en alguna ocasión? ¿Qué podemos hacer?

Voy a explicar una situación típica que seguro que os ha pasado:
Mamá: -Ve a vestirte, por favor, que tenemos que ir a la escuela. 
Hij@: - Sí, ya voy. 
Al rato descubres que tu pollito, de camino a vestirse, ha descubierto un rayo de luz con unas partículas de polvo en suspensión y se ha quedado observando o se ha encontrado con su juguete preferido y se ha puesto a jugar... 

➻ A partir de ahí ¿cómo reaccionas? 


Posibles escenarios:
1) Mamá: - Te he dicho que te vistas, haz el favor, venga.  
Y tu hij@ te dice que sí y se vuelve a repetir la historia o incluso, te mira sonriendo y sigue con lo que estaba.

2) Mamá (con tono irritado): -¿Pero que haces? ¿Que no te he dicho que te vistieras?  
Y tu hij@ te mira con cara de póker. 
¿Con qué escenario te identificas? Algunas veces, es posible que la situación 1) derive en la 2) si ya se lo has repetido amablemente unas cuantas veces (y no solo una a dos).  Puede que al tener que repetir muchas veces lo mismo, empieces a molestarte por dentro y a pensar "es que este/a niñ@ no hace ni caso, hace lo que le da la gana".

Dependiendo de cómo nos tomemos la situación la historia acabará de un modo u otro.


➻ ¿Por qué pasan estas situaciones?


Antes de abordar cualquier situación o problema, tanto en la crianza como en cualquier otro ámbito, deberíamos tener una visión amplia de lo que sucede, buscar cuáles pueden ser las causas. En muchas ocasiones puede que las causas no sean evidentes, que estén escondidas tras otros intereses.

En este caso, cuando nuestr@ hij@ no nos hace caso, debemos recordar varios aspectos de su naturaleza:

  • Mundo infantil ⟶  nosotros vivimos en el mundo adulto, donde todo tiene un porqué lógico pero el mundo infantil tiene sus propias reglas y ritmos. Ninguno es mejor o superior al otro, simplemente son diferentes.

  • Preferencias distintas ➝ a raíz del punto anterior, en muchas ocasiones nuestros intereses y necesidades serán diferentes, eso no significa que las necesidades de nuestros pollitos sean menos importantes que las nuestras, a pesar de que no tengan sentido para nosotr@s. Por eso, sobre todo hasta los 3-4 años, solo pueden hacernos caso cuando sus intereses son similares a los nuestros (es lo que Montessori llamó el primer grado de obediencia).

  • El presente ⟶ nuestr@s hij@s viven el aquí y el ahora, viven en el presente. Lo importante es lo que está pasando justo en este preciso momento. Su mente no está preparada para entender el tiempo, sobre todo el futuro por ser algo que no pueden experimentar, pero podemos ayudarles con apoyos visuales (como este que os expliqué en otro post anterior).

  • SU desarrollo ➝ como ya he dicho, sus necesidades y sus ritmos son diferentes a los nuestros. Tanto su cerebro como su personalidad están en vías de desarrollo. Durante estos años, a pesar de que les guste, quieran y necesiten socializarse, siguen todavía descubriéndose y pueden estar muy centrados en sí mismos. En ocasiones, este trabajo de autodescubrimiento y de desarrollo de SU personalidad, les tiene tan ocupados que no pueden empatizar con las necesidades de los demás, por lo tanto, puede que no entiendan por qué algo es tan importante para nosotros. Sobre todo, entre los dos y los tres con el descubrimiento del "yo" como persona con capacidad de raciocinio, con opinión propia, etc.

  • Descubrir el mundo y maravillarse ➝ existe una tendencia humana universal hacia conocer y explorar el mundo que nos rodea. De ahí que los bebés no puedan resistir el impulso de tocar, llevárselo todo a la boca, etc.  Nosotr@s llevamos mucho tiempo aquí pero ellos no. Necesitan su tiempo para observar, para conectar con su ambiente y, sin darse cuenta, cuando algo les llame mucho la atención se sumergirán en ello olvidando todo lo que haya a su alrededor e implicarán todos sus sentidos en ello. Y esto, señoras y señores, pasa en cualquier momento (es que, como ya sabes, ellos no viven según las reglas de nuestro mundo ni entienden el concepto del tiempo 😉  ).

  • Necesidad de afecto ➝ no solo l@s más pequeñ@s, todos necesitamos sentirnos queridos, importantes, etc. Esto no significa que a tod@s l@s niñ@s les gusten las caricias, los besos y los abrazos, pero sí que disfrutan de nuestra compañía. A veces simplemente, no les apetece hacer las cosas solos.

➻ ¿Qué NO deberíamos hacer?


⊿ Ante todo, tenemos que tener siempre presente que tanto de forma directa (con nuestras palabras) como indirecta (con nuestras acciones) siempre somos el referente y el ejemplo de nuestr@s hij@s. Desde que nacemos, nuestro cerebro está dotado de neuronas espejo que nos ayudan a imitar los gestos y las acciones de lo que vemos (por eso si abres la boca y sacas la lengua delante de un bebé intenta hacer lo mismo, son las neuronas espejo en plena acción).

⊿ No tomárnoslo como algo personal, como un ataque hacia nosotr@s. Dependiendo de cómo miremos una situación, actuaremos de una forma u otra, pongo otro ejemplo:
Mamá: -No cojas más galletas que comeremos en seguida. 
Y tu hij@ te mira con cara de picarón/a y coge otra. 
Aquí puedes pensar:

   A) me ha escuchado, me ha entendido y sigue haciéndolo, no me hace caso, me desafía.

   B) me ha escuchado, me ha entendido, sabe que está haciendo algo que no está bien pero todavía no es capaz de reprimir sus impulsos.

Ahora reflexiona ¿en cual de las dos opciones serás más comprensiv@? ¿Con cual podrás actuar con más calma?

A pesar de que la situación implica a dos sujetos (el adulto y el/la niñ@) en la opción A) todo recae sobre el adulto (todo es "me =  a mi") y en la B) a pesar de que se centra más en el/la niñ@, el adulto ha realizado un ejercicio de comprensión; se despersonaliza el momento y, al vivirlo desde fuera es más sencillo buscar el porqué.

⊿ Jamás, jamás, JAMÁS deberíamos pegar cuando no nos hacen caso (¡ni en cualquier otra situación!), ni perder la paciencia o gritar, pero a muchos nos han criado así y cuando nos encontramos en la misma situación, nuestro cerebro recurre a la experiencia y repite el patrón aprendido. Si a nosotr@s nos faltan herramientas de autocontrol y de calma en situaciones estresantes, pensad lo difícil que tiene que ser para nuestr@s pequeñ@s actuar de otra manera.


➻ ¿Cómo podrías actuar?


⊿ Lo primero, mantener la calma y recordar las características de su naturaleza.

⊿ A veces pensamos que nuestr@s hij@s son más mayores de lo que realmente son. El nacimiento de otro miembro de la familia les hace crecer de golpe o si tiene el lenguaje muy desarrollado nos pensamos que lo entiende todo, pero no.

⊿ A veces es solo cuestión de ajustar las expectativas, de entender que todos tenemos días malos y que NO hacen las cosas para fastidiarnos ← lo que hablaba antes de despersonalizar la situación, para no sumergirnos en ella y así ser capaces de ser objetiv@s.

⊿ Entender que pedir ayuda no es signo de debilidad o fracaso, tenemos que conseguir que nuestr@ hij@ sea capaz de pedírnosla cuando la necesite y lo mismo nosotr@s, a veces la situación nos sobrepasa y necesitamos respirar hondo o un relevo, lo importante es darse cuenta a tiempo.

⊿ Darle oportunidades para explicarse o ayudarles a hacerlo. Quizás no quería limpiarse las manos porque no quería hacerlo sol@, quizás quería que vieras lo bien que se pone los calcetines, o recoger contigo los juguetes para él/ella significa algo más que ordenar: significa compartir tiempo juntos y en ese momento lo necesita.

Es probable que no sepan explicarnos todo esto, pero nosotros podemos intuirlo y decirlo en voz alta. Siguiendo el ejemplo del principio:
Mamá: -Ve a vestirte, por favor, que tenemos que ir a la escuela. 
Hij@: - Sí, ya voy. 
Al rato descubres que tu pollito, de camino a vestirse, ha descubierto un rayo de luz con unas partículas de polvo en suspensión y se ha quedado observando o se ha encontrado con su juguete preferido y se ha puesto a jugar... 
Mamá: -Hij@, ¿Qué haces?
Hij@: -Nada. 
Mamá: - Veo que has estado muy concentrado (jugando, mirando...) "X" y que no estás vestid@. Hay que vestirse ahora. ¿Quieres vestirte en tu habitación o aquí conmigo?
Hij@: - Ahí contigo. 
Mamá: Vale, vamos a traer las cosas y te vistes. La próxima vez puedes venir directamente o decir que quieres mi compañía. A mi me encanta estar contigo y ver cómo haces cosas por ti mism@ 😊 
⬆ De esta manera se reconoce que lo que él/ella estaba haciendo era importante. Se da a conocer de forma clara y concisa que hay algo pendiente. Se ofrecen opciones. Se explica el comportamiento que esperamos en un futuro ante la misma situación. Le expresamos nuestro amor. Le/la animamos a ser autónoma y cuidar de sí mism@.

Poco a poco irán reconociendo sus sentimientos y necesidades y podrán explicárnoslas sin nuestra guía.

Como veis, no todo es trabajo de l@s niñ@s, los adultos también necesitamos recapacitar sobre nosotros mismos (qué cosas nos remueven, por qué y cómo podemos solucionarlo) y sobre la infancia (sus características, sus necesidades, etc.).
Por suerte, la gran mayoría hemos sido criados con amor pero con rasgos autoritarios alejados de la crianza con apego, por lo que tenemos que hacer un esfuerzo extra para reaprender herramientas para criar y educar de la manera que nos sale del corazón, que nos parece más natural y respetuosa.



❀ Nadie es perfecto, pero todos podemos mejorar ❀



Con cariño,

Miryam




▷  Si te ha sido útil este post compártelo,
 es la única manera de que llegue a otras personas 
o déjame un comentario, me encantará leerte 😊   ◃

Si te ha sido útil este post: compártelo ¡Gracias!

Posts Relacionados

No hay comentarios:

Publicar un comentario